sábado, 28 de agosto de 2010

Villuercas en verano (14)

La tarde machadiana cayendo está. Una buena hora para pasear por un camino bordeado de castaños. Y en el trayecto me encuentro con Cipriano y José que vienen de ver los árboles. Nos saludamos y les pregunto por la próxima cosecha de castañas y se embarcan en una conversación tan improvisada como recurrente en estos días de finales de agosto:
CIPRIANO.- Oye, los castaños están llenitos...llenitos de erizos...
JOSÉ.- Bueno, bueno...es por sitio...depende de dónde sea...
CIPRIANO.- Este año casi por "tos laos".
JOSÉ.- Pues mira tengo yo una "jaza" ahí por los Concejiles, pegando a lo alto de la Sierra, que lo que se dice, buenos, los castaños están muy buenos, eso sí, pero los "jodíos" "toa" la fuerza se les va en el vicio porque están viciosos de ramas y verdes, pero erizos qué poquitos tienen.
CIPRIANO.-Pues mira éstos "mios", que tienes ahí...¡Anda que están bonitos! ¡Están que se tronchan las ramas!
JOSÉ.- ¿Y "pa" qué? "Pa" qué tanto erizo "pa" que la castaña no engorde porque el árbol no puede dar cuerpo a tanta castaña y se "queen" "toas" cucharetas.
CIPRIANO.- Bueno, bueno...mejor que "haiga" muchas porque si no viene bien el tiempo y no cuajan los erizos, y se "quean" vanos muchos, alguno quedará con castañas y serán buenas.
JOSÉ.- No sabemos...no sabemos...
CIPRIANO.- Pues ya veremos. Esto es una cosa que nunca se sabe.
La tarde cae del todo, anochece y todos tiramos, haciendo nuestras cábalas sobre la "otoñá" que vendrá, "parriba" camino del pueblo donde se ve ya encendido el alumbrado público.

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